17
Abril
2024
|
13:31
Europe/Amsterdam

La generosidad es importante para nuestra salud mental y felicidad

Tiempo de lectura: 3 minutos

A veces vale la pena recalcar lo obvio: nuestro mundo sería un mejor lugar si todos fuéramos un poco más amables unos con otros.  Entonces, ¿cómo podemos lograrlo?

Hoy leí en algún sitio que la generosidad está casi en el mismo nivel de peligro que los bosques tropicales, ya que todos nos esforzamos por conseguir nuestra propia felicidad. Sin embargo, ¿acaso no recordamos todos un momento en que ayudamos a alguien necesitado?, y debido a ese apoyo a la otra persona, experimentamos una felicidad producto de que acabamos de simplificar la vida de otra persona.

Ese recuerdo puede ser una gran motivación para continuar siendo generoso: con nuestro tiempo, conocimientos, amistad y, efectivamente, si es necesario, también con nuestro dinero. Ser generoso significa desestimar pequeños errores. Significa no siempre salirnos con la nuestra. Significa tomarse el tiempo para ayudar cuando alguien esté claramente en un apuro. Hoy en día, la generosidad es probablemente una de las cualidades más modestas, pero necesarias en nuestras vidas.

Es fácil fomentar la generosidad…

En un estudio del 2012 de la Universidad de Cornell, los autores describen un fenómeno conocido como “cadena de favores”: imagine que se encuentra en una fila para comprar café y, como un acto de generosidad, la persona detrás de usted recibe su boleta y la persona detrás de ella la de esa persona, etc. Eso es exactamente lo que sucedió en un expendio de comida rápida por ventanilla en Estados Unidos en el 2012: 226 clientes recogieron la boleta de la persona por delante de ellos en la fila, sin tener que hacerlo. Un gesto increíble y obviamente contagioso. ((https://www.nytimes.com/2014/03/16/opinion/sunday/the-science-of-paying-it-forward.html))

El contagio social es una idea interesante, ya que nos ofrece una nueva perspectiva sobre el concepto de reciprocidad, que suele asociarse con la generosidad. La reciprocidad describe la sensación de tener que devolver un favor o esperar algo a cambio de nuestra generosidad. La reciprocidad implica una relación directa entre la persona que hace y la que recibe una acción generosa, en lugar del contagio de la generosidad. ¿Cómo se lleva a cabo?

Por una parte, la reciprocidad significa que es posible que lo hayan ayudado en una situación compleja y sienta que le gustaría retribuir algo. Es una motivación maravillosa para donar tiempo o dinero a una organización benéfica. Sin embargo, si dar se siente como una obligación o algo basado en un plan (si hago esto, esa persona me quedará debiendo), este puede ser un buen indicio para detenerse y considerar por qué estamos dando algo. ¿Alguna vez ha comprado un regalo para alguien simplemente porque esa persona le había dado un regalo? Entonces, ¿qué porcentaje de su obsequio fue motivado por la sensación de tener que devolver un favor, en lugar de por su alegría de encontrar el obsequio perfecto para esta persona especial?

Por otra parte, si decide ser generoso con alguien espontáneamente y otra persona, que presencia su buena acción, se inspira, esta es una manera maravillosa, indirecta y contagiosa de ser generoso.

Porque la verdadera felicidad proviene de dar generosamente, sin esperar nada a cambio. ((https://www.swissinfo.ch/eng/sci-tech/warm-fuzzy-feeling_being-generous-makes-you-feel-happier-a-study-reveals/43325688))

Hay muchas maneras en que podemos ser generosos. Podemos ofrecer consejos cuando alguien los pida. O bien, ser voluntarios de una organización benéfica: leer a niños o dedicar tiempo a personas mayores que suelen estar solas. Podemos escribir una reseña en línea de un restaurante, crear un software gratuito de código abierto, calificar honestamente y en línea algunos productos o detenernos a ayudar a alguien a cambiar un neumático en el costado de la carretera. O bien, solo darnos el tiempo de sentarnos tranquilamente y escuchar a alguien que lo necesita, dándole el espacio y el tiempo para articular lo que le aproblema y, por lo tanto, tener un poco más de tranquilidad.

Si nos podemos despedir alegres por haber escuchado sin esperar un favor a cambio, hemos sido realmente generosos. Y sentiremos mucha felicidad por este maravilloso obsequio que hemos hecho a alguien más.

Inspirar a los demás a ser generosos es algo que podemos hacer fácilmente, siendo generosos nosotros mismos. ¡Creemos que esta es una excelente manera de difundir bondad en nuestro mundo!

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