19
Diciembre
2023
|
14:57
Europe/Amsterdam

Fijación de objetivos con el atleta olímpico de triple salto Christian Taylor

Tiempo de lectura: 7 minutos

Ya sean grandes o pequeños, los objetivos pueden ser el trampolín hacia una vida más feliz, y el camino que recorremos para alcanzarlos puede marcar la diferencia.

Trabajar para conseguir algo que queremos (un objetivo) es una parte importante del ser humano. Puede que no siempre vaya bien y que el camino no siempre resulte fácil, pero tener objetivos forma parte de lo bueno de la vida. Nos da un sentido y un propósito al apuntar en la dirección que queremos ir y nos hace interesarnos, todo lo cual es propicio para nuestra felicidad en general.

Recientemente nos hemos sentado con el atleta olímpico de triple salto Christian Taylor, quien (tras una lesión) comparte su método y sus experiencias sobre la fijación de objetivos mientras nos lleva con él en su viaje a los Juegos Olímpicos de París 2024.

Cuando se recuperó de su lesión, ¿qué plan se marcó para su viaje a París 2024?

El tendón de Aquiles es muy importante para correr, pero lo es aún más para saltar, por lo que al principio tenía la incertidumbre de saber si iba a poder volver. Es uno de los tendones más importantes necesarios para absorber y liberar energía en los saltos, por lo que esa fue la preocupación inicial. Entonces fui muy sincero con los cirujanos y mi terapeuta al decirles que mi objetivo final era estar de vuelta para los Juegos Olímpicos de París 2024. Una vez que entendieron que no buscaba ningún atajo y que tenía claro que se trataba de un proceso largo, se subieron al carro y se entusiasmaron conmigo. A partir de ahí, se trataba de elaborar un programa de rehabilitación detallado paso a paso.

Se trata de hacerlo todo correctamente. Tengo que pensar hasta qué punto quiero arriesgarme a volver a lesionarme, lo que al final me apartaría del deporte. Es como el dicho de que si lo haces bien a la primera, no tienes que volver atrás y hacerlo de nuevo. Esta es la mentalidad con la que hemos seguido todo el programa de rehabilitación.

¿Han podido seguir el plan original o lo han adaptado desde entonces?

Aunque hemos flexibilizado el plan a propósito, sigue habiendo marcas que intentamos alcanzar, por ejemplo:

               3 meses: caminar sin muletas

               6 meses: caminar a mayor velocidad

La fluidez y la flexibilidad son muy importantes a la hora de establecer objetivos porque la vida puede estar llena de incertidumbres. Puedes tener un plan, pero la vida puede lanzarte una bola curva y entonces todo depende de cómo te adaptes. Descubrí que cuanto más flexible fuera con mi plan, más positivo podía estar. Porque si no logro mis marcas en la fecha prevista, sigo pensando que al menos voy por el buen camino. Me ayuda a mantener una mentalidad más positiva, en lugar de sentirme derrotado.

¿Cómo le ha ido este año hasta ahora?  ¿Cómo se siente en este momento?

Ha sido increíble. Pero hubo momentos en los que me invadía la inseguridad y sentía que me estaba estancando, y que tal vez había alcanzado el umbral en el que esto era todo lo que mi cuerpo me iba a permitir hacer. Tengo una asesora, con la que hablo todas las semanas, y que me ha ayudado a darme cuenta de que tenía que dejar de lado al antiguo Christian y aceptar que ahora todo es diferente después de mi lesión. No tengo que comparar siempre, pero he malgastado demasiada energía mirando por el retrovisor lo que era capaz de hacer antes, y ella me ha animado a mirar hacia delante: a aceptar lo que soy, lo que puedo hacer en este momento y lo que creo que es posible. Solo cuando lo acepté, comencé a avanzar de nuevo.

¿Establece más de un plan al fijarse un objetivo?

Mi objetivo de ganar París 2024 es inamovible, pero los hitos no lo son. Para mí, el proceso para llegar hasta allí es lo que es un poco más flexible. Cuando no llego a alcanzar un hito, la ventaja que creo que tengo sobre la mayoría de mis competidores es mi mentalidad. No se trata de mi capacidad física real, sino de cómo veo la competición, mis motivaciones y cómo afronto los contratiempos. Esta es mi ventaja competitiva.

Soy humano y todavía tengo momentos de fracaso y decepción, pero no dejo que se prolonguen. Lo comparo con el golf. Cuando golpeo la pelota, la mayoría de las veces se va al bosque y me molesta porque veía que se trataba del golpe perfecto. Pero antes de ir a por al siguiente golpe, tengo que dejarlo pasar. Y esta mentalidad es la misma cuando se avanza por la vida. Hay que pasar por las emociones, pero en algún momento debes dejarlas ir y avanzar.

¿De dónde obtiene su mentalidad? ¿Ha tenido que aprenderla?

En realidad creo que fue mi padre quien me la inculcó. Me decía constantemente que dejara pasar las cosas. En aquel momento, yo era más joven y me resultaba frustrante, ya que este es mi mundo y sentía que él no lo entendía. Pero me aseguró que fracasaría, que tendría decepciones, más que éxitos. Pero si arrastras esas decepciones, eso te impedirá alcanzar el siguiente logro. Me lo dejó muy claro y no me di cuenta de ello hasta más tarde. Así que ahora soy como una chaqueta que repele el agua. Me golpea, la siento y simplemente dejo que corra.

¿En qué medida están implicados su familia, sus amigos y otros grupos de apoyo en su aventura?

Mi red de apoyo es extremadamente sólida. Son los hilos que me mantienen con los pies en la tierra y con humildad cuando las cosas van muy bien y, si estoy de bajón, son los que me levantan y me recuerdan mis éxitos. Así que para mí son fundamentales. En lo que respecta a la fijación de objetivos, a medida que he ido creciendo, he tenido la libertad de explorar y hacer mis propias cosas. Pero desde muy pronto, mis padres fueron los que me inculcaron que debía luchar siempre por ser el mejor.

En todo lo que he hecho en la vida, siempre me han animado a investigar para asegurarme de que sé lo que estoy haciendo para poder ejecutarlo con excelencia. Plantaron estas semillas desde una edad temprana y solo después me di cuenta de que mi ética de trabajo y mi mentalidad eran diferentes a las de mis competidores gracias a esos valores. Estoy muy agradecido a mis padres. Ellos son los que me han sostenido en los momentos altos y bajos, y me han empujado cuando he necesitado que me empujaran.

¿Ha cambiado su mentalidad a lo largo de los años?

Sí. Comencé a recibir terapia justo antes de la pandemia, así que fue un paso de madurez en sí mismo: comprender la importancia de la salud mental y cuidarme. Cuando eres más joven, te sientes casi invencible. A medida que envejeces, reconoces la importancia de cuidar de ti mismo y, en lo que respecta al deporte, el aumento del tiempo de recuperación y las consecuencias. Y esto va mucho más allá de mí mismo; ahora pienso en mi mujer y en mi familia a la hora de tomar decisiones. Mi mentalidad es algo que sigue desarrollándose.

¿Cómo se mantiene motivado?

Los niños con los que trabajo. Desde 2014 colaboro con la organización sin ánimo de lucro Classroom Champions, que me permite ayudar a niños de zonas con problemas y con menos recursos económicos. En los Juegos de Londres 2012, alcancé el objetivo de mi vida y me sentí muy orgulloso de aquel momento. Pero cuando subí al podio, mientras sonaba el himno nacional, me sentí un poco solo y supe que necesitaba encontrar algo más. Mi familia estaba en las gradas, así que sentí que todas las personas a las que creía representar seguían estando bastante lejos. Hablé con mi representante de cómo podía batir el récord mundial, pero para mí eso no parecía suficiente.

Necesitaba un sentimiento de conexión, y fue entonces cuando mi representante me sugirió que me convirtiera en tutor y trabajara con niños. Pensé que sería un reto, ya que viajaba tanto, pero Classroom Champions es un programa de tutoría en línea en el que se trabaja con estudiantes y profesores de todo EE. UU. He tenido muchas clases desde el principio y me encantó el impacto que puedo tener en la vida de alguien. Sentí que mi formación tenía un propósito y que realmente podía marcar la diferencia por esta vía mientras trabajaba con mucha gente. Mi carrera ya no se trata solo de mí, sino de lo que puedo darles a ellos, y viceversa. Me encanta la sencillez que aportan los niños y, cuando tengo problemas, son un recordatorio constante de que no hay que darle demasiadas vueltas a las cosas.

Por eso, cuando subí al podio en Río, esa vez lloraba lleno de emoción. No fue por ese logro concreto, sino por los niños que me habían observado durante los últimos cuatro años y a los que había inspirado.

¿Qué habilidades son fundamentales cuando se aspira a un objetivo concreto?

Yo diría que la perseverancia y la resiliencia. Siempre hablo de aceptar los fracasos y los reveses. Se trata de verlos como oportunidades de aprendizaje para la próxima vez. He perdido muchas competiciones pero nadie se acuerda porque cuando necesitaba ganar, pude hacerlo. Fue la resiliencia que demostré y nunca me di por vencido. Y tener a la gente adecuada a tu alrededor es clave para ayudarte a lograr el sueño.

¿Celebra las pequeñas victorias?

Sin lugar a dudas. Doy gracias por despertarme cada día y, en lo que respecta al atletismo, a medida que me hago mayor, las cosas que habría dado por sentadas hace 10 años son las que celebro ahora. Después de la lesión, cada pequeño hito que alcanzaba era muy importante celebrarlo porque también existía la posibilidad de que no hubiera resultado de esa manera.

¿Deja de competir cuando está fuera de temporada?

Diría que durante unas tres semanas, todavía está muy fresco. Mientras duermo por la noche, sigo reflexionando sobre lo que podría haber hecho mejor. ¿Podría haber dormido un poco más? ¿Debería haber hecho esa parada extra en el viaje? ¿Qué le di gratuitamente a mis competidores? Todas estas cosas que podrían haber contribuido. Siempre hago referencia a mejorar un 1 % porque, al final, eso es lo que buscamos. Si podemos mejorar un 1 %, podemos estar orgullosos.

Pero, al final, se trata de poder acostarse y reflexionar sobre el hecho de haberlo dado todo, ya que somos nuestro principal juez. Tomo notas para poder reflexionar sobre el año que viene y tener en cuenta esas áreas de mejora. Un revés no vale para nada si no se aprende de él. Una vez pasado ese momento de reflexión de las primeras tres semanas, me desconecto.

¿Qué parte de su éxito diría que se debe a su mentalidad frente a su talento natural?

Siempre he percibido que los éxitos se deben a mi mentalidad. Si me pones en una sala con atletas, miro a mi izquierda y a mi derecha, y no es que tenga más talento que ninguno de ellos, sino que es lo que me motiva. Siempre miro a los ojos de alguien para descubrir cuánta motivación tiene. Si descubro su motivación, puedo averiguar cuánta pelea va a dar. Es un juego psicológico, así que diría que mi éxito se debe 100 % a mi mentalidad.

¿Qué consejo le daría a alguien que esté trabajando en un objetivo en este momento?

Yo diría que al fijar un objetivo, hay que ser audaz y soñar a lo grande. Es fácil ir a lo seguro. Sea cual sea el objetivo, esa actitud de resiliencia consiste en encontrar una manera de seguir adelante, encontrar algo que te motive y que sea más fuerte que la adversidad a la que te enfrentas. Cambia con cada objetivo y cada temporada, pero encuentra lo que es. Colócalo en primer plano para que sea tu foco de atención.

Tanto si te esfuerzas por alcanzar una meta en el deporte, en la salud, en tu lugar de trabajo o simplemente para encontrar equilibrio en la vida, el pensamiento detrás de la fijación de objetivos es algo que se puede trasladar a todos. Como dijo Christian, todo depende de su mentalidad. 

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