20
Diciembre
2023
|
13:07
Europe/Amsterdam

Cómo replantearse las expectativas de felicidad puede conducir a la esperanza y la alegría

Tiempo de lectura: 2 minutos

Nuestras propias expectativas pueden llevarnos al fracaso.

Al pensar que la próxima novedad nos ayudará a alcanzar por fin esa esquiva sensación de felicidad, estamos perjudicando, sin saberlo, nuestras posibilidades de alcanzar la alegría. Desear, adaptarnos y predecir mal puede provocarnos una carencia, por lo que hemos desarrollado esta guía para replantear la felicidad con el fin de alcanzar una mayor alegría.

Si pudiera conseguir _________…

Si pudiera encontrar _________…

Si pudiera hacer _______…

Si _______________________…

…ENTONCES sería feliz.

¿Alguna vez se lo ha dicho a sí mismo? En la actualidad, es fácil pensar así, ya sea consciente o no. Aspectos como ganar más dinero, comprar una casa más grande, tener el cuerpo perfecto o alcanzar un estatus de alto nivel nos animan a esforzarnos por conseguir más, pero ¿estos anhelos crean felicidad cuando se logran o solo fomentan un aumento de la insatisfacción y el sufrimiento?

Debido a que nuestra mente desea, se adapta y predice mal, podemos vernos inmersos en un bucle de búsqueda de la felicidad allí donde no la hay, según la información del curso The Science of Well-Being de la Universidad de Yale.

Desear mal

Los anuncios nos dicen que necesitamos algo, las páginas web nos convencen de que compremos algo, las redes sociales nos muestran lo que hace todo el mundo y la cultura nos informa de lo que se necesita, todo ello para ser feliz.

Pero a menudo estas instituciones nos engañan, lo que hace que nuestros cerebros confundan lo que realmente nos hará felices. A menudo se nos puede engañar para que pensemos que lo más grande es mejor, que lo caro es superior y que más de una cosa buena genera una mayor felicidad.

Adaptarse

Es normal que la mente se acostumbre a las cosas, lo cual es estupendo cuando tenemos un nuevo horario o un cambio de entorno. Sin embargo, no ayuda cuando la novedad desaparece.

Por ejemplo, comprar un coche nuevo puede ser emocionante y generar un momento de felicidad, aunque, con el tiempo, el olor a coche nuevo se disipa, hay que cambiar los neumáticos y los kilómetros empiezan a aumentar el desgaste. Ya no nos estimula la frescura que antes aportaba a nuestras vidas, lo que significa que hemos sobrestimado lo felices que nos haría el coche nuevo.

Daniel Gilbert, psicólogo de Harvard, profesor y autor de «Stumbling into Happiness», comenta: «Las cosas maravillosas lo son especialmente la primera vez que ocurren, pero su carácter extraordinario disminuye con la repetición».

Predecir mal

Nuestra mente tiende a centrarse en un resultado, mientras que las demás posibilidades se quedan en un segundo plano, lo que a menudo nos lleva a predecir mal.

Si cometemos un error en el trabajo, podemos pensar que nos van a despedir. Si no sacamos buena nota en una asignatura, podemos pensar que nunca conseguiremos un buen trabajo. Y si no encontramos el amor verdadero a una cierta edad, podemos creer que nunca lo encontraremos. Este tipo de pensamiento también se conoce a menudo como catastrofismo.

Por otro lado, podemos pensar que un ascenso en el trabajo es la única manera de desarrollar una trayectoria profesional exitosa, que una buena nota media nos garantizará un buen trabajo y que es necesario casarse para alcanzar la felicidad.

Si descubre que su mente se equivoca al desear, adaptarse o predecir, piense que se trata de sentimientos y pensamientos normales, especialmente en los tiempos que corren.

Dé el siguiente paso para alcanzar la felicidad y obtenga información sobre los dos hábitos de comportamiento que pueden aumentar los niveles de felicidad.

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