31
Enero
2024
|
18:26
Europe/Amsterdam

Comer alimentos de temporada

Tiempo de lectura: 3 minutos

Con tantas frutas y verduras disponibles durante todo el año, es fácil olvidar que la naturaleza es sabia y que los alimentos que nos ofrece cuentan con su momento óptimo para consumirlos.1 Las frutas y verduras de temporada no solo cubren nuestras necesidades nutricionales de forma más eficaz, sino que además saben mejor. Estas son solo algunas de las razones por las que las frutas y verduras de temporada deberían estar presentes en su dieta habitualmente.

Saben mucho mejor

No se trata de una estrategia de marketing; hay una razón fundamental por la que los productos de temporada saben mucho mejor. Las frutas y verduras de temporada están más frescas, son más dulces y están perfectamente maduras. El motivo es que se recolectan o cosechan en el momento justo, después de haber madurado de forma natural en el suelo, la vid o el árbol, lo cual les permite conservar mejor el sabor. Cuando comemos alimentos que están fuera de temporada, cabe tener en cuenta que se habrán cosechado antes de tiempo y sometido a un proceso de refrigeración para evitar que se echen a perder durante el transporte. Los frigoríficos contribuyen a que se conserven, pero son el enemigo del sabor, y la refrigeración siempre reducirá ese sabor dulce de los frutos perfectamente maduros. Además, una vez los productos llegan a su destino, es habitual tener que calentarlos para conseguir que maduren de forma artificial. Eso reduce considerablemente el sabor y se lleva ese agradable dulzor que solo se puede disfrutar con los productos frescos. Los alimentos fuera de temporada pueden tener una textura harinosa o fibrosa e incluso resultar insípidos, en comparación con sus homólogos de temporada.

Permiten beneficiarse de un mayor valor nutricional

En las frutas y verduras que maduran en su temporada no solo se conserva el sabor, sino que, además, su valor nutricional es mucho mayor. Comer productos que se acaban de cosechar asegura una mayor retención de los nutrientes, ya que muchos de esos nutrientes comienzan a disminuir en los alimentos que se almacenan durante largos períodos de tiempo. En concreto, la vitamina C, el ácido fólico y los carotenos disminuyen rápidamente en los productos que no se consumen poco después de su cosecha. Por otra parte, los proveedores más grandes pueden incluso vender frutas y verduras fuera de temporada que se han sometido a gases o radiaciones para matar los gérmenes y conservado en cera para mantener su aspecto fresco y retrasar su caducidad. No hace falta decir que nada de eso será beneficioso para nuestra salud.

Cubren las necesidades naturales del cuerpo

Comer alimentos de temporada estimula más las capacidades de curación y limpieza naturales del cuerpo. En invierno, por ejemplo, la naturaleza nos ofrece una gran cantidad de frutas cítricas, ricas en vitamina C y que ayudan a protegerse de los virus de la gripe y el resfriado, y muchas variedades de calabazas, que contienen vitamina A para fortalecer nuestros sistemas inmunológicos antes de que cambie el clima. Los cambios de estación son siempre un momento clave en el que podemos contagiarnos de virus. Por ello, es muy bueno comer ajo de oso, cebollino y puerros, que contienen antibióticos naturales, durante el cambio hacia la primavera. Por otra parte, el verano trae consigo un montón de frutas de hueso, que ofrecen un extra de betacarotenos y otros carotenoides que ayudan a protegerse de los daños producidos por el sol.

Protegen el medio ambiente y la economía local

La compra de más frutas y verduras cultivadas localmente protege las pequeñas granjas locales de la presión financiera de tener que expandirse y desarrollarse para el uso industrial o comercial. Además, la conservación de estas granjas proporciona a los animales, insectos y aves un lugar para vivir y crecer.2 El “kilometraje de los alimentos” se reduce, puesto que se realizan menos viajes y, como consecuencia, se consumen menos combustibles fósiles y se emiten menos gases de efecto invernadero y dióxido de carbono. Además, como los agricultores locales no tienen que hacer frente a los elevados costes de transporte y distribución a los que sí se enfrentan las grandes explotaciones agrícolas, pueden retener unas mayores ganancias. De esta forma, se ayuda a las pequeñas empresas locales a tener aún más éxito.

Comer una variedad de frutas y verduras saludables y llenas de nutrientes siempre será beneficioso para nuestra salud, y es sin duda un gran paso respecto a los alimentos procesados y los colores y sabores artificiales. Sin embargo, para maximizar esos beneficios, intente que las frutas y verduras de temporada estén al comienzo de su lista de la compra.

  1. https://www.bbcgoodfood.com/seasonal-calendar
  2. https://www.gdrc.org/uem/footprints/food-miles.html

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