30
Septiembre
2020
|
09:50
Europe/Amsterdam

¿La positividad puede llevar a la felicidad?

Tiempo de lectura: 4 minutos

A veces, la vida nos pone por delante situaciones que no esperábamos. De repente, se presenta un enorme desconcierto.  No tiene por qué ser un asunto trascendental, simplemente algo que no anticipábamos y que no controlamos. ¿Qué hacemos?

Probablemente estará pensando: «¿dónde vamos a ir a parar con todo esto?». Lo que queremos transmitir es que, aunque no tenga el control ante los sobresaltos que se presentan, ahora puede elegir cómo reaccionar. Puede recuperar el control.

Entre sus opciones tal vez esté salir huyendo, meter la cabeza debajo de la almohada o cualquier cosa, salvo enfrentarse a ellos. Otra opción podría ser tratar de ignorarlos con la esperanza de que la situación se resuelva por sí sola y todo vuelva a la normalidad. Podría centrarse en ellos y dejar que le consuman. O podría aplicar la positividad y dar la vuelta a esos pensamientos negativos para descomponer el problema en elementos manejables. De ese modo resulta mucho más fácil no dejarse abrumar y es probable que se encuentre en una posición mucho más favorable para superarlo. Como afirma nuestro fundador, Bob Lemon, «céntrese en lo que desea, no en lo que no quiere».  

Pero ¿cómo lo hacemos? Afortunadamente, hay muchas herramientas que pueden sernos útiles y ya incluimos muchas de ellas en nuestra Lifeplus formula. Las herramientas que queremos presentar o recordar ahora son, en concreto:

  • concentración activa y meditación;
  • afirmaciones positivas;
  • ecoterapia;
  • terapia floral; y
  • ejercicio y sueño.

Empecemos por la positividad. ¿De dónde viene?

Puede parecer una pregunta tonta; ya sabemos que procede del interior. También procede de la forma en la que pensamos y nos comportamos. Como explicaba William James, hermano del novelista Henry James, en Principios de Psicología en 1890, la relación entre la emoción y el comportamiento es una vía de dos sentidos.

Todos sabemos que si estamos tristes, tendemos a actuar con tristeza y, por el contrario, si nos sentimos felices, nuestra conducta suele reflejar esta emoción. Sin embargo, James propone que si le damos la vuelta a la situación y nos comportamos como si estuviéramos felices, sentiremos felicidad1 . Lo mismo se aplica a la positividad. James cree que la teoría del pensamiento positivo puede aplicarse al comportamiento y, por lo tanto, deberíamos ser capaces de cambiar nuestros sentimientos de negatividad actuando de forma positiva. Las afirmaciones positivas constituyen un buen punto de partida. Y, diciéndolas en voz alta, será más probable que reflejemos un comportamiento positivo, que a su vez da lugar a una mentalidad positiva. Intente pensar en todas las cosas por las que siente agradecimiento. Puede escribir una lista de cosas positivas que han sucedido al final de cada día. Recuerde, céntrese en lo que desea, no en lo que no quiere.

La positividad también emana de quienes nos rodean. Pruebe a relacionarse con personas positivas. Pronto, verá que se transmite. Lo contrario también es cierto, ya que las emociones son altamente contagiosas.

Sin embargo, a veces puede resultar difícil sentir positividad en alguna situación. Tal vez le parezca que el problema es demasiado grande para lidiar con él y probablemente sea cierto. Al menos, tal y como lo percibe. Entonces, descompóngalo en partes más pequeñas. ¿Dónde se puede encontrar la positividad?

En este caso, puede ser útil centrarse en el presente. La concentración activa, la meditación, la ecoterapia y la terapia floral son excelentes métodos para empezar.

El ejercicio para la positividad

Cuando hacemos ejercicio, nuestros cuerpos liberan endorfinas, las sustancias químicas que produce el organismo para la felicidad, y es mucho más fácil sentirnos positivos cuando estamos felices. Comience el día con una caminata a paso ligero si es posible. Si hace buen tiempo, ¿por qué no aprovecha la oportunidad e introduce una sesión de ecoterapia? «Esté presente» y tome conciencia de su entorno, de las vistas, los olores y los sonidos. También puede realizar una breve sesión de terapia floral si tiene la suerte de vivir en el campo o tener acceso a un parque.  La jardinería es una excelente manera de ejercitarse y estar en contacto con la naturaleza; practique yoga para concentrar el pensamiento o haga ejercicio para ayudarle a poner las cosas en perspectiva.  Los beneficios del ejercicio para la salud mental no pueden ser sobrestimados.

Sueño y salud mental

«Duerma bien y todo tendrá mejor color por la mañana». Lo hemos oído muchas veces, pero no deja de ser verdad. Dormir es importante.  Mientras duerme, el organismo no solo dedica el tiempo necesario a crecer, sanar y repararse, sino que además el cerebro se prepara para el día siguiente procesando, consolidando y archivando la información.

Dormir bien cuando tenemos ansiedad o nos preocupa algo puede costarnos más. Y es fácil que se convierta en un círculo vicioso. Los sentimientos de preocupación o estrés pueden conducir a la falta de sueño, lo que puede producir cansancio, que a su vez puede afectar a nuestra capacidad de hacer frente a la vida diaria, lo que puede tener como consecuencia una baja autoestima, derivar en sentimientos de preocupación o estrés y así sucesivamente2 .  El Real Colegio de Psiquiatras3 británico tiene algunos excelentes consejos sobre cómo dormir mejor, entre los que se incluye el ejercicio, la relajación y escribir lo que nos preocupa antes de irnos a la cama: así, la mente sabe que puede desconectar y ocuparse de eso a la mañana siguiente (cuando será más fácil, puesto que habrá descansado por la noche).

Despertarse ante un nuevo día

Puede parecer obvio, pero despertar con una canción animada es mucho más probable que ayude a comenzar el día con ánimo positivo que escuchar las noticias, por ejemplo. Y, según el psicólogo de la música David M. Greenberg4 , la canción que elija para despertar debería cumplir tres requisitos:

  • debe ir in crescendo, animar a salir de la cama con suavidad y, gradualmente, aumentar el nivel de energía;
  • debe ser positiva; y
  • debe tener un ritmo intenso (con un tempo de aproximadamente 100 a 130 por minuto).

Según el gusto musical, ofrece una serie de ejemplos, empezando por Viva la vida, de Coldplay; Lovely Day, de Bill Withers, y Walking on Sunshine, de Katrina & The Waves. Probablemente ya tenga su propia canción para la felicidad. Solo ha de reproducirla a primera hora de la mañana y notará la diferencia.

Esperamos que ahora pueda ver cómo, al recuperar el control, es capaz de desarrollar positividad en su vida. Con ello, se encontrará en una posición mucho más firme para seguir el consejo de Bob Lemon y centrarse en lo que desea, no en lo que no quiere.

  1. https://www.theguardian.com/science/2012/jun/30/self-help-positive-thinking []
  2. https://www.mind.org.uk/information-support/types-of-mental-health-problems/sleep-problems/sleep-problems/ []
  3. https://www.rcpsych.ac.uk/mental-health/problems-disorders/sleeping-well []
  4. https://www.insider.com/songs-to-help-you-wake-up-2017-4 []

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